martes, 23 de agosto de 2011

Policía Nacional: Están para todo.




Vi el vídeo lamentable que el diario "El País", publicó el domingo pasado, donde unos policías nacionales anti disturbios, navegando por la noche entre peregrinos de la visita Papal, propinan una paliza a una chica, su novio y un periodista.
Fue decepcionante. Me sentí muy defraudado por lo que presencié en esa grabación de un móvil de un ciudadano, y también por lo que oí decir al policía que dirigía a los demás.
El lunes escuché al representante del Sindicato de la Policía, en unas declaraciones a Radio 5, condenar el "exceso de celo" de sus compañeros y justificarlo con la tensión acumulada por los meses que han estado a cuenta de los acampados en Sol, y las presiones de los políticos responsables de la seguridad ciudadana en Madrid.
Hoy escribo mi opinión habiendo sopesado lo que vi y oí, incluso poniéndome en el caso de que el agredido hubiera sido yo mismo.
El que no rompe un plato, es porque jamás trasiega con vajilla. No hemos presenciado violencia de la policía local de Madrid, porque simplemente son unos pone-multas, que cobran en muchos casos hasta el triple que un agente nacional, y como cada uno conoce en su localidad, trabajan lo menos posible y las más de las veces son unos maleducados (Ojo, que conozco excepciones). Por lo que los únicos en poder ejercer la violencia física son los que han sidos autorizados para ella.
La chica, muy joven, insulta desde la otra acera a los agentes, con razón o sin ella, pero es que es un delito insultar a un agente de la autoridad. La pobrecilla no tuvo la picardía de salir corriendo a tiempo y fue violentada con unos cuantos porrazos. No está bien. Debían de haberla identificado, inmovilizarla y llevarla a comisaría, presentando la oportuna denuncia. Pero esta vez no lo hicieron.
No tengo familia en ese cuerpo, aunque sí al hermano de un Amigo. Pero soy un ciudadano de 43 años, al que ese cuerpo en varias ocasiones me ha echado una mano. Si los paras por la calle, y les preguntas algo, siempre se dirigen con respeto y educación, y hacen labores que muchos no conocen, como acompañar a las UCI Móviles para reducir con delicadeza a un paciente psiquiátrico que se niega a abandonar su domicilio para recibir la medicación necesaria en un hospital.
Por favor, no hagamos sangre por estos errores; se depurarán. Esperemos que sí. Pero no olvidemos la labor tan enorme que hacen para que nuestras calles sean seguras, y las de imágenes en las que los hemos visto auxiliando a otros en inundaciones y otros cataclismos.
Por ellos, con sinceridad, intentemos comprender que gestionan la violencia, en las calles o en los estadios de fútbol, y que es normal que el trabajador se lastime, o lastime a otro con las herramientas de su profesión. Si un taxista ebrio, atropella a un peatón, no se nos ocurre arremeter contra el gremio del taxi.
Vuelvo a insistir. Lo siento por las personas que sufren abuso de la autoridad, cualquiera que sea la autoridad, pero si me dieran a elegir, me quedaría con los palos recibidos por esas personas, y no con el que me dio Hacienda hace unos años, y sin verlo venir.




¡DEJADME RESPIRAR!

1 comentario:

  1. Falta transparencia, Paco. Esto que dices es cierto pero falta que se dé a conocer qué coño pasa con esos gañanes que actuaron del modo que lo hicieron. Son los depositarios de la violencia del Estado y no pueden repartirla como si de obleas se tratase. ¿Que la han cagado? Vale, pero que se sepa que les han metido un puro de órdago y que esos palos les van a costar muy caros.

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