Todos somos "15M"

Sin duda, aquellos días de mediado de marzo no dejaron indiferentes a nadie. Hasta los más reaccionarios y carcas expresaron sus pareceres. Esos jóvenes que ya tenían colgada la etiqueta del conformismo, saltaron a las calles y nos pusieron la cara colorada a todos los que nos quedamos en casa como espectadores.
Esos días muchos no supimos reaccionar. Era tan bello lo que crearon, que la mayoría de sus vecinos les mostraron activamente su apoyo.
Fue una sacudida a nuestras conciencias abotargadas e instaladas en la más absoluta apatía. Todos los que se movilizaron e hicieron acampadas y vigilias, las hicieron en su nombre y en el de todos.
Sí, escuché a esos que están siempre por encima de los problemas, hasta que son arrollados por éstos, criticar a esa panda de "Perros-flauta", que no tenían otra cosa que hacer, que ensuciar las calles y romper la armonía de nuestras ciudades.
No. Ellos, todos, jóvenes y mayores, pusieron en jaque a una clase política que tuvo que mirarse en el espejo de la realidad, y verse como son realmente. Unos dirigentes corruptos, incompetentes y alienados de la situación de millones de personas que lo están pasando fatal. Se acojonaron. Esa es la verdad. No sabían como iba a resolverse aquello que ellos no habían creado, ni subvencionado. Se les escapaba al control y quedaban con las vergüenzas al aire.
Hoy, en un mes de agosto canicular, en el que cada año parece que todo se paraliza, el espíritu que volcó a millones de personas a invadir lo público, sólo sestea. No se confíen politicuchos de turno, acabará el verano, y los niños tendrán que volver al colegio, el país de nuevo echará a andar y no tendrá medios para hacerlo. No son suficientes las pensiones de tantas abuelas para pagar todo lo que se debe, todos los pagos que habrá que afrontar antes de que acabe el año. Y vosotros, sin excepción, carroñeros del voto, sólo preocupados del adelanto electoral.
La partida ha comenzado. El primer peón adelantó dos escaques y esto no acabará hasta que el rey negro sea abatido. Será una partida larga, pero está ganada de antemano.
Ésta no es únicamente una crisis económica, están devaluados muchos estamentos de nuestro País, y habrá que ponerle solución, de manera activa.
Yo, al igual que muchísimas personas, me siento avergonzado de aquellos que nos representan. Me niego a conformarme y ver cómo desaparecen todo lo que lograron generaciones anteriores, y que vosotros, lacayos de la banca, pretendéis arrebatarnos.
Que sepáis que os va la vida en ello, que lo único que hay seguro es la voluntad de un pueblo, el mismo que ha confiado en vosotros desde la Transición, y al que habéis engañado una y otra vez.
La próxima, habrá más gente enfrente vuestra. Y no penséis que vuestros privilegios son intocables, las leyes se derogan, y las pensiones vitalicias también.
Gracias a aquellos que distéis el primer paso. La próxima seré uno más.


¡DEJADME RESPIRAR¡