jueves, 11 de agosto de 2011

¡Qué me gusta la playa!


Mientras sigan siendo gratis, las playas serán el lugar ansiado por la mayoría de la población en los veranos. No me dirán que no es bonito,después de toda la semana trabajando, levantarte también temprano el sábado,hacer la tortilla, los filetes empanados, ir a la gasolinera, repostar, volver a casa, me he olvidado el hielo, pues habrá que parar de nuevo en otra gasolinera, despierta a los niños, que éstos desayunen y se vistan solos, cargar el coche, no, eso no lo metas aún, que primero van las hamacas. Partida de tetris matinal. Tú frente al maletero vacío, y diciéndote a ti mismo: "Todo esto ha de caber y has de recordar cómo, para la vuelta". 
La casa cerrada, los niños en el coche y tu Señora de copiloto. Consenso: Qué música se va a escuchar, último vistazo al smartphone para ver el viento de la playa a la que pretendías ir...No, esa ya no que con el Levante no hay quien pare.Nuevo destino. Consenso. Tiramos para Cádiz.
Tras hora y media de escuchar a "Maldita Nerea" y "La bala " de Calle 13, en un bucle, porque a mi enano le encanta, llegamos a la Tacita de plata, la Gádir de los romanos.
Encuentra dónde aparcar, porque me imagino que en la época de Trajano, no habría zona azul, y las literas y cuádrigas, las podrías dejar al nivel del mar, pero ahora, eso ha cambiado algo; hay que pagar, y salir de la playa cada dos horas para seguir alimentando la insaciable máquina de tickets; por la cuenta que te trae, que si le sumas a una multa, el gasóleo, el peaje de la autopista y el impuesto revolucionario de la Sra. Alcaldesa Teófila Martínez, pues que te podrías haber ido con la familia a un parque acuático, comer de autoservicio y alquilar las tumbonas , y aún le ganabas dinero.
¡Ya pisamos la playa¡
Haciendo de sherpa tibetano, pisas esa arena caliente intentando divisar ese sitio que sea del gusto de todos, para tomar posesión de tu trocito de playa, clavas las sombrillas, da igual lo que utilices, como sople un poco de viento se dará la vuelta o saldrá huyendo. Todo colocado a la sombra. Esos niños embadurnados de factor 50, que parecen extras de la saga "Crepúsculo", corriendo hacia el agua, tu Señora que te dice eso de: "Hoy va a ser un día estupendo de playa", y tú que esbozas una medio sonrisa, mirando de reojo que tan sólo son las 13:00, y te quedan unas 7 horas de circo romano." ¿No te vienes al agua? No, Cariño, me quedo aquí leyendo y vigilando las cosas."
Y el tiempo se detiene, por más que intentes distraerte, el reloj no avanza. Piensas que eres un bicho raro, que todo el mundo a tu alrededor está disfrutando, y que tú tienes que dar la nota, bueno, pero que no se te note.
Termino dirigiéndome al agua, que está fría, diga lo que diga mi Señora, me baño, nado un poquito, y de nuevo a la sombrilla. 
La jornada ha transcurrido. Aunque el tiempo es relativo, no se detiene, y ya es hora de recoger. Camino al coche. Los niños tristes porque todavía es temprano, y yo disimulando la alegría por el retorno a casa, al abrigo del aire acondicionado, la ducha de agua dulce y las cervecitas en la nevera.
Yo entiendo a todos los que tienen casa en la playa, cuando les apetece bajan y suben, sestean, van a su cuarto de baño...Se ve que iba para burgués.
! DEJADME RESPIRAR¡

4 comentarios:

  1. Pues si la playa es maravillosa, sobretodo si vas con personas dispuestas a pasarlo bien, por eso yo normalmente dejo a mi marido querido en casa, pero muy divertida la exposición de un día de playa.

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  2. Hasta hace bien poco padecía lo mismo que tú, Paco. Todo cambió el día que me vine a vivir donde lo hago ahora. ¡Ahhhhh! ¡Qué gustazo bajar a la playa para una hora u hora y media! Coges las toallas, las gafas con los tubos, metes una botella de agua y le dices a los enanos que se monten en el coche; apenas diez minutos de camino y estás al borde del agua. Si está buena la visibilidad te metes a mirar un rato el fondo marino mediterráneo. Permíteme una maldad, Paco, ayer mismo estaba el agua a 28ºC, que pareciera que alguien ha puesto el calentador para hacer confortable el baño. De vuelta a casa te pegas un manguerazo y te quitas los restos de sal y arena y ya estás listo para hacer lo que te plazca.

    Créeme: el mejor modo de disfrutar de la playa es que tengas alojamiento cerca de ella. ¿Tienes tú esa suerte, Paco?

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  3. Pues si, la tengo Arcaid, pero me coge a más de 400 km de casa. Con lo que mientras la Zarzuela no decida compartir con mi familia ese helicóptero que pagamos todos. Pues tendrá que ser de manera esporádica.

    Un abrazo grande.

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  4. Sí Montsina, conocemos al petardo de tu marido. Y haces bien dejándolo en casita, así no os aguan la fiesta.
    Un beso respetuoso, y saludos a su esposo.

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